La gente de Aritama, Blog(re)seña (Dussan de Reichel-Dolmatoff, 2012)

por Alex G. Barreto (http://alexgbarreto.wix.com/vitae)

Aritama

La Gente de Aritama es un clásico de la antropología colombiana. Escrito originalmente en inglés en 1961, el libro pretende ser un estudio holístico enmarcado en la tendencia -de moda en ese tiempo- de Cultura y personalidad. Sí, tratar de retratar cómo es el ‘genio’ de un pueblo, en este caso, los habitantes del municipio de Atanquez, en la falda de la Sierra Nevada de Santa Marta. El libro es una fotografía de un pueblo originalmente indígena los ‘Kamkuamo’ que estaba en el proceso de transito al mestizaje. Estaban divididos en dos facciones, los lomeros y los placeros. Ya no deseaban ser más indígenas. Sólo unos pocos mayores se resistían. En este caso, los lomeros eran los identificados con rasgos indigenas (más pobres) y los placeros eran los identificados con los rasgos mestizos (los menos pobres)… menos pobres porque al final, observando a sus hijos, en palabra de los antropólogos ‘todos los niños eran iguales de sucios’.

Lo que primero salta a la vista es que fue publicado en inglés en el mundo. Es decir, por muchos años (50 años para ser más exactos) fue poco accesible a los lectores colombianos, incluidos los propios habitantes de Atanquez. En el libro, se realiza una contextualización de la geografía e historia de la región. A la vez que se pretenden abordar las condiciones fundamentales de la existencia individual de los habitantes, las formas institucionales específicas,  y por último si, las configuraciones culturales de la realidad.  Un dato curioso es que esta fotografía de 60 años atrás (el trabajo de campo fue realizado en los 50), se contrasta con la historia: ha habido un ‘renacer’ de la conciencia étnica kamkuama. En la actualidad existe un movimiento jóven interesado en la re-etnización y la recuperación de los saberes ancestrales.

Aparte de la resistencia que hay que tener para seguir la gran parte de detalles y precisiones de orden geográfico, nuricional, económico e histórico, hay que tener en cuenta que este libro refleja la forma de hacer antropología en Colombia y en el mundo en los años 50, asi que los Reichel-Dolmatoff tienden a convertirse en ojos de grandes hermanos que ven todo en detalle, sin involucrar en sus escritos mucho de lo que hacen o piensan ellos mismos. A Algunas personas les choca los términos utilizados para referir a los kamkuamo: ‘chismosos’, ‘sucios’, ‘holazanes’ etc. Algunas escenas logran impactar bastante: como cuando los niños hacen sus deposiciones y son limpiados con las faldas de las mamás o expuestos a los perros para que, lamiéndolos, les limpien la cola.

El punto es que no puede evitar el sentimiento que este libro hablaba sobre mi (no por los perros, por supuesto), y sobre los colombianos en general. Aunque es un caso específico situado históricamente, uno puede ver, como lo señala en la introducción Alicia Dussan, que en realidad en Colombia hay muchas ‘aritamas’. A través de esta pequeña y restringida fotografía se ilumina, no el ‘genio’, pero si gran parte de las relaciones que hemos construido en el país.

En los estudios culturales sordos, en general, se usa el término etnicidad para referir a las condiciones culturales y lingüísticas de las personas sordas. Esta mirada, tienen un sesgo norteamericano. En Colombia, y latinoamerica, la etnicidad es un proceso histórico mucho más complejo. La Gente de Aritama es un buen ejemplo de esto… ahora bien, que si los sordos son una etnia y si esta etiqueta es útil en términos políticos es asunto de otra discusión. Vale la pena empezar a empaparse de historias como las de los Kamkuamo.

Acerca de abarretoz

Sign Language Linguist and Anthropologist
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