The translator’s Invisibility: Reseña Blog

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Voy a referirme a un clásico. The Translator’s Invisibility (La Invisibilidad del Traductor) de Lawrence Venuti (1995) es una de las obras obligadas para cualquier interesado en los estudios de traducción e interpretación. En ella, el autor postula un concepto muy utilizado en dichos estudios: La oposición Extranjerización/Domesticación. Y por su puesto, la consecuente invisibilidad del traductor.
La obra es un recorrido histórico por los procesos de traducción  hacia la lengua inglesa entre los siglos XVII al XX. En ella, Venuti demuestra como las políticas de traducción han estado dominadas por relaciones de poder, diría yo, dialécticas; unas veces minimizando las diferencias de las características de las obras extranjeras, y por consiguiente pretendiendo establecer un canon de transparencia, medida en términos de ‘fluidez’ de la traducción. Y otras veces, subvirtiendo los estilos establecidos, mediante traducciones que develan con claridad los elementos de la cultura extraña, agregando un sabor ‘condimentado’ a las lecturas de las traducciones en la literatura inglesa.

Domesticación y Extranjerización
Domesticación sería el proceso por el cual un texto extranjero (que por lo tanto, contiene elementos culturales disonantes, violentamente ‘salvajes’ para la asimilación de la cultura receptora) es adecuado mediante la traducción a una versión ‘descafeinada’, ligth, fácilmente digerible y  de lectura manejable en la lengua receptora, en este caso la inglesa. Los lectores de la lengua inglesa leen, según esto, las traducciones como originales escritos en inglés. Venuti establece ejemplos puntuales de cómo se ha hecho esto. La extranjerización se constituiría en el proceso inverso, donde los traductores mediante sus productos contribuyeran respetar y dar a conocer las diferencias de las culturas distintas a la angloparlante, dejando que los elementos extraños propios de la cultura, pasaran a través de la traducción. La extranjerización sería pues una herramienta de resistencia.
Los procesos de domesticación/extranjerización serían pues indicadores de cómo se han invisibilizado los traductores en la historia. Por invisibilidad entiendo, asumir que no existen, que los libros que son traducidos no han pasado por ningún filtro humano como lo es de la traducción. Es facil imaginarlo, algunos leen a Aristóteles, Platón, Kafka, Poe etc. muchas veces sin percatarse que en realidad estas obras nunca se «pensaron» en español. No obstante, la invisibilidad a la que hace referencia Venuti es puntualmente a la de la lengua inglesa. Existe cierta ideología por callar las voces disonantes de las culturas que nos son de la lengua inglesa. ¿Nunca se han puesto a pensar como traducen a los autores iberoamericanos al inglés? No quiero imaginarme como traduciran a Garcia Marquez

Me parece que el concepto de domesticación es muy útil para aplicarlo a las lenguas de señas. Aunque Venuti acuño su concepto para los procesos literarios, sería interesante imaginarse como se domestican las interpretaciones a las lenguas de señas. Por ejemplo, ¿No es común que los Sordos digan que una interpretación es buena, cuando el intérprete seña ‘como si fuera sordo’ cuando en realidad se ha alejado esencialmente del mensaje original, quizá omitiendo información? ¿No es cierto que muchas veces un intérprete que pretende mostrar los elementos esenciales de los textos que interpreta de la lengua oral, podría ser catalogado como un ‘mal’ intérprete, uno que seña de forma signada (es decir con la gramática de la lengua oral)? ¿Quien tiene la razón? Es complicado establecerlo. Por otro lado, estarían las domesticaciones de los textos en lengua de señas cuando son interpretados a la lengua oral. ¿Cuantas veces el intérprete no ha colocado al Sordo un registro en castellano que se iguala al de un catedràtico, con una selección de vocabulario científico-técnico especializado, vocabulario que no tiene correspondencia formal en la lengua de señas? No estoy diciendo que no existan catedráticos y científicos Sordos que puedan y merezcan que su voz en castellano corresponda al de un discurso de un académico, me refiero a la sobredimensión que pudiera darse a lugar. Me refiero al sofisma que establecerìa que las domesticaciones de los discursos en lengua de señas corresponden a un criterio objetivo de interpretación, cuando no es así.

Por supuesto, la domesticación tendría que redefinirse. No es lo mismo lo que hacen los traductores hacia la cultura anglosajona que los que hacen los intérpretes de lengua de señas. Mientras que los primeros pretenden invisibilizar los rasgos de la cultura para marginizarlas, los segundos lo hacen en realidad para luchar como aliados a la marginalización de las comunidades Sordas.

En fin, como podrán apreciar el libro, deja interesantes reflexiones…..

Acerca de abarretoz

Sign Language Linguist and Anthropologist
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